En España, un 71.6% de las personas entre 35-44 años dice cepillarse los dientes más de una vez al día
Un simple acto de higiene corporal que no te quita mucho tiempo y mejora tu calidad de vida.
Ahora.
Tus dientes son muy importantes, no hay duda.
Pero, ¿y tu mente?
Tu mente es el filtro a través del cual percibes la realidad.
Tu mente es la herramienta que genera procesos como la percepción, el pensamiento, la conciencia, la memoria o la imaginación.
¿No deberíamos prestarle, como mínimo, la misma atención que a nuestros dientes?
Mientras le das un par de vueltas, déjame preguntarte una cosa. Seguramente ya te has dado cuenta: nuestra mente no puede quedarse quieta.
¿No te has dado cuenta?
Mira, vamos a hacer un breve experimento.
Cierra los ojos y quédate en silencio 5 segundos.
No pasa nada, venga, cierra los ojos.
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¿Qué ha pasado?
Puede ser que te hayas ido al pasado, y hayas recordado un hecho reciente de tu vida.
O has saltado al futuro, pensando en algún evento que estás anticipando.
Quizás te has quedado en el presente, pensando ¿habrán pasado ya los 5 segundos?
Pero difícilmente te habrás quedado con la atención plena en esos 5 segundos. Sin más.
Ese es el funcionamiento básico de la mente. Gobernada por la falta de atención, dispersa entre tiempos, pensamientos y emociones que llegan como por azar. Si le prestas atención a tus procesos mentales verás que en realidad pasas muy poco tiempo aquí, en el presente, donde está ocurriendo tu vida real.
Bien.
Así como la meditación puede ayudarnos a reducir el estrés, mejorar el sueño y la concentración y mucho más, también puede tener un impacto en nuestra relación con la alimentación y el control de nuestro peso.
¿Meditar para perder peso?
Como seres humanos, somos seres emocionales. Reconocer ese hecho es útil para desarrollar una relación saludable con la comida y, potencialmente, perder grasa corporal o mantener el peso que sea más saludable para nuestro cuerpo.
La pérdida de peso no es solo algo físico, y no es simplemente en blanco y negro.
Hace poco leí estos curiosos datos al respecto:
En 2017, un metaanálisis de 19 estudios diferentes encontró que los métodos típicos de pérdida de peso (dieta* y ejercicio) funcionan a corto plazo, pero finalmente el peso de los participantes del estudio se recuperó al terminar los programas. Por otro lado, se observó que los protocolos de pérdida de peso que incluían intervenciones de atención plena como la meditación (además de comer bien y hacer ejercicio) eran más efectivos para reducir el peso y mantenerlo entre los participantes del estudio.
*no se especifica el tipo
Lo que podemos deducir es que en la pérdida de peso, no solo cuentan los factores físicos sino también los psicológicos.
Otro metanálisis de 2017 encontró que la meditación generalizada había ayudado a reducir los niveles de cortisol y proteína C reactiva. Si nuestros niveles de cortisol son constantemente altos, esto está relacionado con la persistencia de la obesidad a lo largo del tiempo.
Psicológicamente, la investigación muestra que la meditación puede ayudar a eliminar la sobrealimentación.
Una revisión de 2014 comparó 14 estudios diferentes y encontró que el uso de la meditación consciente como primera intervención disminuyó los atracones y la ingesta emocional.
Se ha demostrado que la meditación reduce nuestros niveles de estrés. Esto es importante porque el estrés es un factor que contribuye a que muchos de nosotros comamos en exceso.
La meditación nos enseña a sentarnos y observar nuestras emociones sin emitir juicios, en lugar de recurrir a nuestros mecanismos de afrontamiento habituales, como comer en exceso.
¿Qué hacer?
Muy simple: nada.
No hay que hacer nada.
Todos los días, durante 10 minutos, siéntate en silencio a no hacer nada. A dejar pasar los pensamientos y prestarle atención (plena) a la experiencia consciente. También puedes apoyarte en meditaciones guiadas.
No hace falta encender inciensos. No hace falta encender velas. Ni cantar mantras.
Puedes hacer todo eso si quieres, pero la meditación es más sencilla. No es tan exótica.
Es más mundana, como lavarte los dientes (pero mucho más importante). La atención plena y tener una mente en calma es tan importante como comer.
No necesitas un chamán, ni raparte la cabeza, ni dejarte una larga barba…
Puedes meditar si eres hippie, si eres un tiburón capitalista de Wall Street o si no eres ninguna de las dos cosas.
Nos leemos.
Y te digo por qué.
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