Tengo que decir que adoro la calabaza: su color naranja brillante, su suave textura y su sabor dulce son únicos. Varias personas me han dicho que no suelen cocinar con ella por lo difícil que les resulta pelarla. En realidad, con un poco de técnica no es especialmente complicado y, de todas formas, la mayoría de las variedades que podemos encontrar en invierno pueden cocinarse con piel, así que no hay excusa ????
En esta ocasión la he hecho al horno pero, como una no siempre está de humor para hornos, en la receta he puesto la versión más sencilla.