Esta es la razón por la que no puedes hacerlo.

Diana - Keto and Me

"Tú y tus dietas, ¿no vas a comer ni un trozo de pizza?"⁠

"Que fuerza de voluntad... yo no podría, ¡un viernes no es viernes sin pizza!"⁠

"Cómete un trozo mujer, que la vida hay que disfrutarla"⁠

Quizás ya has oído alguna de estas cosas. Si no, la oirás en cuanto empieces a hacer cambios en tu alimentación.

O cuando empieces a hacer cualquier tipo de cambio.

Hay una razón

Cuando intentas integrar en tu vida un hábito que rompe con lo que es habitual en tu entorno, estás chocando con las creencias del grupo al que perteneces.⁠

Por defecto, lo diferente es malo.

Es raro.

Da miedo.

En un entorno en el que lo habitual es desayunar un croissant, comer macarrones y cenar un trozo de tortilla de patatas, que alguien plantee una alimentación cetogénica representa un cambio tan profundo que rompe con todo lo que es habitual en su entorno.

Y hacer algo que nadie en tu familia o grupo de amigos hace, choca con uno de los deseos más profundos de todo ser humano, el de pertenencia.⁠

El deseo de pertenencia funciona como un imán, que te atrae hacia las costumbres establecidas en tu entorno. ⁠

Ese 'querer pertenecer'  es una de las principales razones por las que es tan difícil cambiar de hábitos.  No es que eso sea algo malo per se, pero puede ser una gran barrera a la hora de establecer nuevos hábitos.⁠

La buena noticia: ⁠esa barrera es muchísimo más débil de lo que parece y, cuando la rompes, tú te conviertes en el imán.

⁠Pero solo existe una manera de romperla,y es con el ejemplo. Tienes que demostrar que tu nueva identidad da resultados. ⁠

No vale con solo decirlo, hay que demostrarlo.⁠

Cuando tus compañeras de trabajo empiecen a ver los cambios físicos que estás consiguiendo, dejarán de pensar que eres la rara del tupper.

Cuando tu familia note que tienes muchísima más energía que antes, dejarán de preocuparse por si desayunas un zumo de naranja o un caldo de huesos.

Y no solo eso, sino que empezarán a interesarse por cómo lo haces.

El éxito habla por si solo. Por eso no vale con solo decirlo, hay que demostrarlo.⁠

Y de cómo hacerlo hablamos en YoVivoKeto.

P.D. De hecho, si se dice pero no se demuestra, suele crear el efecto contrario.

[Foto: Mulyadi/ Unsplash]

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