Por si vas en chanclas y bata de cola.

Diana - Keto and Me

Esta mañana ha caído en mis manos un libro.

En una de sus páginas decía:

Por muy alta que sea una montaña, no podrás verla si estás de espaldas.

- Lao Tse

Un tío listo este Lao Tse.

Me ha hecho pensar en esto.

Creo que todas tenemos una montaña detrás y que si no la vemos es, sencillamente, porque no nos ponemos delante.

La intuimos, notamos su presencia, su sombra nos tapa... pero no nos decidimos a empezar a subir y dejar de sentir su peso.

A veces la miramos de reojo y pensamos, un día de estos te escalaré, pero en realidad nos da un miedo terrible enfrentarnos a ella.

Parece demasiado grande.

Demasiado alta.

Demasiado complicada.

Demasiado peligrosa.

Parece demasiado.

Soy débil, pensamos, no tengo fuerza de voluntad y nunca lo conseguiré.

No estoy preparada, nos decimos. Necesito la mejor equipación, y ahora mismo voy en chanclas y bata de cola. Así no podré subirla.

Y mientras nuestro cerebro va disparando estos pensamientos aparentemente racionales, nosotras aprovechamos para, disimuladamente, darnos media vuelta y seguir donde lo habíamos dejado.

Dejar la montaña a nuestras espaldas es una forma de (no) enfrentarse a ella.

No hacer nada y seguir como estamos o, mejor dicho, seguir hacia donde vamos. Habría que ver qué nos espera si seguimos hacia donde estamos yendo ahora mismos... pero eso ya sería tema para otro email.

Bueno.

Yo opté por escalarla.

A veces siento que solo he recorrido cien metros. En cambio, cuando miro hacia abajo, sé que he andado mucho más.

Y que cada vez estoy más arriba.

Y, a medida que subo, la cuesta me parece más amable. Menos dura. Debe ser que ya voy teniendo la equipación adecuada.

Es una sensación agradable, y siempre estaré agradecida por haber sido capaz de encarar mi montaña y empezar a subirla.

Aunque no siempre haya sido, o siga siendo, fácil.

Además, no estoy sola.

Hay mucha gente que ya se está dando la vuelta. Que, en chanclas y bata de cola, está empezando a escalar. Y resulta que pueden hacerlo, y que no es tan horrible como creían.

Porque buscan los caminos más sencillos.

Aprenden a saltar las zonas difíciles.

Siguen andando, pues saben que es la única forma de llegar a la cima.

Y van cambiando sus chanclas por unas buenas botas, que les acompañarán para el resto de sus vidas.

Y yo no sé.

No sé si tú tienes la montaña detrás. O si ya la tienes delante, y no sabes cómo subirla.

En ambos casos, si quieres que lo hagamos juntas, puedes apuntarte a mi lista aquí abajo. 👇

Tengo una lista curiosa. Igual te interesa

Y te digo por qué.

Mando un email (casi) a diario y hablo de cómo aliarte con tu cuerpo y tu mente, para que consigas resultados y dejes de pensar de una vez por todas en el puñetero peso.

Si eso es algo que te interesa, deberías suscribirte. Es gratis.

A mucha gente le gusta, pero oye, quizás a ti no. No pasa nada, en cada email te puedes dar de baja con un clic y tan amigas.

Para entrar y empezar a recibir emails que te pueden cambiar la vida (o no), es aquí mismo:

Regístrate
Notify of
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments